Viernes, 26 Abril 2019 18:30

Tuberculosis: la "enfermedad de la pobreza"

El presente de una enfermedad que, lejos de estar erradicada, registra un aumento de casos en los últimos años siendo los sectores socioeconómicos vulnerables el grupo de riesgo más afectado.

La tuberculosis (TBC) en Argentina es una enfermedad que, a diferencia de la creencia popular que la considera erradicada hace décadas, registró un aumento consecutivo anual del número de casos desde el año 2014. Hoy en día, es una de las diez enfermedades con los mayores índices de mortalidad del mundo.

 

En nuestro país, la Organización Mundial de la Salud posicionó a este problema sanitario en el marco de lo que dieron en llamar "Tuberculosis en grandes ciudades". Esta diferenciación marca el avance de la enfermedad por factores como una urbanización acelerada, una gran concentración de población pobre, barreras de acceso a los servicios de salud y la fragmentación de la atención en los mismos.

 

En Argentina, en el año 2017 se notificaron 11.659 casos de TBC, lo que arrojó una tasa de 26,5 casos por   100 .000 habitantes.

 

La TBC afecta a todas las jurisdicciones del país, pero existen diferencias sustanciales entre cada una de ellas. Hay 6 jurisdicciones por encima del promedio nacional: Jujuy, Salta, Formosa, Buenos Aires, Chaco y Ciudad de Buenos Aires. Por su parte, el Área Metropolitana de Buenos Aires registra más del 50% de los casos en todo el país.

 

¿Porqué se llama enfermedad de la pobreza?

La tuberculosis es una de las primeras enfermedades de la humanidad de las que se tiene registro. Recién a fines del Siglo XIX se tuvo constancia del bacilo de Koch como el causante de la enfermedad. Y no fue hasta mediados del Siglo XX, con la revolución de los antibióticos, que se pudo comenzar a disminuir la mortalidad en la población mundial.

 

El grupo de riesgo está focalizado en los sectores socioeconómicos más vulnerables por una serie de circunstancias que fomentan su contagio y disminuyen sus posibilidades de recuperación.

 

Las bajas defensas son uno de los puntos claves en el aumento de probabilidades de contraer la enfermedad. En este grupo, esto puede producirse por una mala alimentación, por el consumo regular de sustancias o por el padecimiento de una enfermedad autoinmune sin el tratamiento adecuado.

 

Por otro lado, las condiciones de hacinamiento tanto en el contexto laboral informal como en el habitacional permiten que las personas estén más tiempo expuestas al bacilo, lo que aumenta las chances de contagiarse TBC.

 

Finalmente, al acarrear un tratamiento que puede durar meses, las circunstancias sociales y económicas de los pacientes dificultan el acceso a la salud pública las veces que sean necesarias para la curación definitiva. Por lo que existe un alto porcentaje de abandono del tratamiento y una recaída en la enfermedad con mayores probabilidades de aumentar la mortalidad.

 

Síntomas, prevención y tratamiento

 

Fiebre
Sudoración nocturna
Tos intensa con expulsión de sangre
Escalofríos
Falta de apetito
Pérdida de peso
Debilidad
Dolores en el pecho
Fatiga

La enfermedad se detecta con un estudio sencillo y gratuito que analiza el catarro. El tratamiento correcto durante el tiempo indicado por el médico permite que la persona enferma se cure sin contagiar a otros.

El tratamiento de la tuberculosis dura entre 6 y 12 meses para que haya una curación total. El pronóstico es altamente positivo si se diagnostica a tiempo y el tratamiento se inicia rápidamente.

 

La vacuna BCG previene la tuberculosis y en Argentina es obligatoria en el calendario vacunatorio.

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